lunes, 30 de junio de 2008
Azul penumbra de una piedra que se parte
Dos venas cruzan la frente,
y cuerpos boca arriba ven recorrer la bruma
de un sueño atrasado e impuesto
entre pasadizos, ferias y recámaras de torres amuradas.
Las huellas del viento
despliegan su papiro,
y ajustician la excesiva espera
al quedarse con cualquier deseo que ampare.
El hilo de plata es agua,
y reloj de arena que no corre.
A veces el invierno huele rojo,
aunque se mire los lados
de una misma maraña,
que estanca los pies en alquitrán
para confundir, perturbar y magullar.
La grieta en la tierra,
la lengua avanza entre los pechos,
el hombro está adormecido,
ojos llovidos que tiñen de negro,
muerte sobre otra muerte,
canasto de frutas y manjares,
en el puerto o en una campiña.
Salir de ahí es volver
a las salas blancas de amplias paredes
y con agujeros ocupados por personas sentadas,
hay también ventanas que llevan a interminables cuartos vacíos,
y trás esta inercia,
una pulcritud enloquecedora.
Lo que vibra,
se hincha, tiembla,
resguarda,
mismo entusiasmo y juego,
y lo lejano que suceda
lento al oído.
M.T.L
"Impetuosos relámpagos en una oscuridad
orgánica donde fuertes temperaturas
acosan a un cuerpo en erupción y el
espíritu arde en distintos focos de
placer"
sábado, 28 de junio de 2008
Fernando Pessoa
A Fernando Pessoa cuya sensibilidad me conmovió enormemente cuando leí por primera vez el Libro del desasosiego, que es una especie de Biblia para comprender un poco más al ser humano y que lamentablemente esta casi autobiografía surgió de una vida con mucha tristeza dejada a la deriva. M.T.L
Datos biográficos:
Fernando Antonio Nogueira Pessoa (1888-1935) nació en Lisboa el13 de junio. Perdió a su padre a los cinco años y su madre volvió a casarse con el cónsul portugués en Durban, Sudáfrica, donde Fernando se educó. En 1905 regresó a Lisboa para matricularse en el curso superior de Letras. Traductor, astrólogo, médium, ensayista, vinculado a la vez a la vanguardia literaria y plástica y al ocultismo. Comenzó a ganarse la vida como empleado de oficina. En 1934 apareció Mensagem, único libro que publicó en vida. Minado por el alcohol, Pessoa murió al año siguiente el 30 de noviembre del 1935. No dejó descendientes, bienes ni testamento.
Fragmentos del Libro del Desasosiego:
Todo se me evapora. Mi vida entera, mis recuerdos, mi imaginación y lo que contiene, mi personalidad, todo se me evapora. Continuamente siento que he sido otro, que he sentido otro, que he pensado otro. Aquello a lo que asisto es un espectáculo con otro escenario. Y aquello a lo que asisto soy yo.
Encuentro a veces, en la confusión vacía de mis gavetas literarias, papeles escritos por mí hace diez años, hace quince años, hace quizás más años. Y muchos de ellos me parecen de un extraño; me desreconozco en ellos. Hubo quien los escribió, y fui yo. Los sentí yo, pero fue como en otra vida, de la que hubiese despertado como de un sueño ajeno.
Es frecuente que encuentre cosas escritas por mi cuando todavía era muy joven, fragmentos de los diecisiete años, fragmentos de los veinte años. Y algunos tienen un poder de expresión que no recuerdo haber tenido en aquel tiempo de mi vida. Hay en ciertas frases, en varios períodos, de cosas escritas a pocos pasos de mi adolescencia, que me parecen producto de tal cual soy ahora, educado por años y por cosas. Reconozco que no soy el mismo que era. Y, habiendo sentido que me encuentro hoy en un progreso grande de lo que he sido, pregunto dónde está el progreso si entonces era el mismo que soy ahora. Hay en esto un misterio que me desvirtúa y me oprime.
Hace unos días sufrí una impresión espantosa con un breve escrito de mi pasado. Recuerdo perfectamente que mi escrúpulo, por lo menos relativo, por el lenguaje data de hace pocos años. Encontré en una gaveta un escrito mío, mucho más antiguo, en que ese mismo escrúpulo estaba fuertemente acentuado. No me comprendí en el pasado positivamente. ¿Cómo he avanzado hacia lo que ya era? ¡Cómo me he conocido hoy lo que me desconocí ayer? Y todo se me confunde en un laberinto donde, conmigo, me extravío de mí. .
Devaneo con el pensamiento, y estoy seguro de que esto que escribo ya lo he escrito. Lo recuerdo. Y pregunto al que en mí presume de ser si no habrá en el platonismo de las sensaciones otra anamnesis más inclinada, otro recuerdo de una vida anterior que apenas sea de esta vida ...
Dios mío, Dios mío, ¿a quién asisto? ¿Cuántos soy? ¿Quién es yo? ¿Qué es este intervalo que hay entre mí y mí?.
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Aparte esos sueños vulgares, que son las vergüenzas corrientes de los estercoleros del alma, que nadie osará confesar, y oprimen las vigilias como fantasmas sucios, viscosidades y ampollas sebáceas de la sensibilidad reprimida, ¡lo que de ridículo, lo que de empavorecedor, e indecible, puede todavía el alma, aunque con esfuerzo, reconocer en sus rincones!.
El alma humana es un manicomio de caricaturas. Si un alma pudiera revelarse con verdad, no hubiese un pudor más profundo que todas las vergiienzas conocidas y definidas, seria, como dicen de la verdad, un pozo, pero un pozo siniestro lleno de ecos vagos, habitado por vidas innobles, viscosidades sin vida ,babosas sin ser, mucosidades de la subjetividad.
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En todos los lugares de la vida, en todas las situaciones y convivencias, he sido siempre, para todos, un intruso. Por lo menos, he sido siempre un extraño. En medio de parientes, como de conocidos, he sido siempre como alguien de fuera. No digo que lo he sido, siquiera una sola vez, aposta. Pero lo he sido siempre por una actitud espontánea de la media de los temperamentos ajenos.
He sido siempre, en todas partes y por todos, tratado con simpatía A poquísimos, creo, habrá alzado, la voz tan poca gente, o arrugado la frente, o hablado alto o / de soslayo/. Pero la simpatía con que siempre me han tratado, ha estado siempre /exenta/ de afecto. Para los más naturalmente íntimos he sido siempre un huésped que, por ser huésped, es bien tratado, pero siempre con la atención debida al extraño y la falta de afecto merecida por el intruso.
No dudo de que todo esto, de la actitud de los demás, derive principalmente de alguna oscura causa /intrínsecal a mi propio temperamento. Soy por ventura de una frialdad comunicativa tal que involuntariamente obligo a los otros a reflejar mi modo de poco sentir. Trabo, por índole, rápidamente conocimientos. Me tardan poco las simpatías de los demás. Pero los afectos no llegan nunca. Dedicaciones, nunca las he conocido. Amar, ha sido cosa que siempre me ha parecido imposible, como el que me tutease un extraño.
No sé si sufro con esto, si lo acepto como un destino indiferente en que no hay ni que sufrir ni que /aceptar/.
Siempre he deseado agradar. Me ha dolido siempre la indiferencia ajena. Huérfano de la Fortuna, tengo, como todos los huérfanos, la necesidad de ser objeto del afecto de alguien. He pasado siempre hambre de la realización de esa necesidad. Tanto me he adaptado a esa hambre inútil que, a veces, no sé si siento la necesidad de comer.
Con esto o sin esto, la vida me duele.
Los demás tienen quien se dedique a ellos. Yo nunca he tenido quien siquiera pensase en dedicarse a mí. Sirven a los otros: a mí me tratan bien.
Reconozco en mí la capacidad de provocar respeto, pero no afecto. Desgraciadamente, no he hecho nada con que justificar ese respeto empezado por quien lo siente de modo que nunca llega a respetarme de veras.
Pienso a veces que me gusta sufrir. Pero, en verdad, yo preferiría otra cosa.
No tengo cualidades de jefe, ni de secuaz. Ni siquiera las tengo de satisfecho, que son las que valen cuando aquellas otras faltan.
Otros, menos inteligentes que yo, son más fuertes.
Organizan mejor su vida entre la gente; administran más hábilmente su inteligencia. Tengo todas las cualidades para influir, menos el arte de hacerla, o el deseo, incluso, de desearlo.
Si un día amase, no sería amado.
Basta que yo quiera una cosa para que se muera. Mi destino, sin embargo, no tiene la fuerza de ser mortal para nada. Tiene la debilidad de ser mortal en las cosas que son para mí.
miércoles, 25 de junio de 2008
Delmira Agustini : Escritora uruguaya
Nació el 24 de octubre de 1887 en Montevideo, en el seno de una familia de inmigrantes italianos. Uno de sus abuelos era francés, otro era alemán y sus dos abuelas uruguayas. A los cinco años sabía leer y escribir correctamente, a los diez componía versos. Cursó estudios de francés, música y pintura con maestros privados y envió colaboraciones en prosa a la revista La Alborada que se publicaba por entonces en la capital. Tras dejar a su antiguo novio, Amancio Sollers, y después de un largo noviazgo con Enrique Job Reyes, un negociante de ganado caballar, contrae matrimonio en el 14 de Agosto de 1913(entre los testigos de la boda se distinguen Juan Zorrilla de San Martín y Manuel Ugarte, de quien Delmira se había enamorado poco antes de casarse y a quien unos meses después ella le diría que "él había sido el tormento de su noche de bodas"). Antes de cumplirse mes y medio de celebrada la boda, abandona a su marido y entabla demanda de divorcio. De inmediato mantiene correspondencia amorosa, con el escritor argentino Manuel Ugarte. Su ex-marido (pues se les había concedido el divorcio, el 5 de Junio de 1914), da muerte a Delmira, de dos balazos en la cabeza ( o según otros a puñaladas), y de inmediato se suicida pegándose un tiro. Autora de una obra poética que contó con la aprobación elogiosa de sus contemporáneos. En El libro blanco (Frágil) de 1907 el primero y más extenso de sus poemarios publicados, ya aparecen poemas que sorprenden por su madurez. Los otros titulos de Agustini son Cantos de la mañana (1910); Los cálices vacíos (1914) y el publicado tras su muerte, El rosario de Eros (1924). Todos ellos recogidos en Poesías Completas.
Visión
¿Acaso fué en marco de ilusión,
En el profundo espejo del deseo,
O fue divina y simplemente en vida
Que yo te ví velar mi sueño la otra noche?
En mi alcoba agrandada de soledad y miedo,
Taciturno a mi lado apareciste
Como un hongo gigante, muerto y vivo,
Brotado en los rincones de la noche
Húmedos de silencio,
y engrasados en sombra y soledad.
Te inclinabas a mí supremamente,
Como a la copa de cristal de un lago
Sobre el mantel de fuego del desierto;
De la vida a los opios infalibles
y a las vendas de piedra de la Muerte;
Te inclinabas a mí como el creyente
A la oblea de cielo de la hostia ...
-Gota de nieve con sabor de estrellas
Que alimenta los lirios de la Carne,
Chispa de Dios que estrella los espíritus-.
Te inclinabas a mí como el gran sauce
De la melancolía
A las ondas lagunas del silencio;
Te inclinabas a mí como la torre
De mármol del Orgullo,
Minada por un monstruo de tristeza,
A la hermana solemne de tu sombra ...
Te inclinabas a mí como si fuera
mi cuerpo la inicial de tu destino
En la página oscura de mi lecho;
Te inclinabas a mí como al milagro
De una ventana abierta al más allá.
¡ y te inclinabas más que todo eso!
y era mi mirada una culebra
Apuntada entre zarzas de pestañas,
Al cisne reverente de tu cuerpo.
Y era mi deseo una culebra
Glisando entre los riscos de la sombra
¡A la estatua de lirios de tu cuerpo!
Tú te inclinabas más y más ... y tanto,
y tanto te inclinaste,
Que mis flores eróticas son dobles,
y mi estrella es más grande desde entonces,
Toda tu vida se imprimió en mi vida ...
Yo esperaba suspensa el aletazo
Del abrazo magnífico; un abrazo
De cuatro brazos que la gloria viste
De fiebre y de milagro, será un vuelo!
Y pueden ser los hechizados brazos
Cuatro raíces de una raza nueva;
Y esperaba suspensa el aletazo
Del abrazo magnífico ...
¡Y cuando,
Te abrí los ojos como un alma, y ví
Que te hacías atrás y te envolvías
En yo no se que pliegue inmenso de la sombra!
martes, 24 de junio de 2008
Richard Dehmel
(1863-1920) Poeta lírico alemán, n. en Wendisch-Helmsdorf y m. en Blankenese. Sus obras contienen dos motivos básicos, el erótico y el sublime, ambos evidentes en Zwei Menschen (1903), que el poeta consideró su más importante obra. En ella intenta sintetizar los aspectos físico y espiritual de los afectos humanos. Entre sus demás obras se destacan la colección de versos Aber die Liebe(1893), Weib und Welt (1896), su diario de guerra, Zwischen Krieg und Menschheit (1920) y varias obras juveniles. Dehmel es menos importante por su propia obra que por haber esclarecido el ambiente literario en forma que permitió mayor libertad de expresión a mejores artistas.
Amold Schoenberg (Franz Walter) (originalmente Schóenberg) (n. Viena" 13 Sept 1874; m. Los Angeles., 13 de Jul. 1951). Estudió violín y cello de niño y contrapunto con Semlinsky. Maestro en el Conservatorio Stem, de Berlín, en 1902. Regresó en 1903 a Viena, en donde fue colaborador de Malher. Maestro en la Academia de Viena desde 1910 y fundador con sus discípulos, en 1918, de la Sociedad de Ejecuciones Musicales en Privado. Maestro en la Acaderma Prusiana de Bellas Artes de Berlín, 1925-1933. Se estableció en EUA en 1933. Enseñó en la Univ. De Southern California, 1935-1936, y en la Univ. De California en los Angeles, 1936-1944. Sus discípulos europeo incl. A Berg, Webern y Wellesz; sus discípulos norteamericanos incl. A Kirchner, Kim y Cage. Desarrolló y comenzó a componer con la técnica dodecafónica en 1923. También fue pintor y colaborador de Kandisky.
Noche Transfigurada (Verklarte Nacht) - Richard Dehmel
Dos personas caminan por un desolado,frío bosque;
La luna las acompaña, y ellas la observan.
La luna pasea por los altos robles;
ninguna nube opaca la luz del cielo,
donde negras cimas se extienden.
La voz de una mujer dice:
He dado a luz un niño, pero no es tuyo,
camino a tu lado en el pecado.
Cometí una grave ofensa contra mi misma.
No creí más que podría ser feliz
pero todavía tengo un fuerte anhelo
por algo que diese sentido a mi vida
y la felicidad y el deber de ser madre;
así me atreví,
así dejé que mi sexo se estremeciera,
ser tomado por un hombre extraño.
Ahora la vida tiene su venganza:
ahora que a ti , oh! a ti, te he encontrado.
Ella camina con pasos desarticulados.
Ella contempla la cima; la luna se acerca.
Su mirada sombría se ahoga en la luz.
La voz de un hombre dice:
El niño que has concebido,
no debe ser oprimido por tu alma,
oh mira, como claramente el universo resplandece!
Hay gloria alrededor de Todos;
Tú conmigo a la deriva en un mar frío,
pero un calor peculiar vibra
de ti en mi, de mi en ti.
Transformará a la extraña criatura,
Tú lo concebirás para mi, de mi;
Tú has traído la gloria hasta mi,
Tú me has convertido en un niño.
Él la toma de sus fuertes caderas.
Su aliento se besa en el aire.
Dos personas caminan por una imponente, clara noche.
lunes, 23 de junio de 2008
Breve comentario sobre Miyazaki
El universo Miyazaki además de estar repleto de símbolos, hechos fantásticos y de una inagotable imaginación del director, también cuenta con personajes humanos y animales muy atípicos en relación a nuestra cultura occidental.
El creador de estos dibujos animados conoce claramente donde se mete en cuanto a determinadas historias y dar vida a pequeños animales de fantasía que muchos tienen origen de su pueblo natal, Japón. Y no sólo nos trae a estos seres entrañables, sino que hasta consigue dar rienda suelta todo su delirio en situaciones imposibles, cuando más pareciera que se va por las ramas, justamente Miyazaki como pez en el agua hace que el espectador quede perplejo al mostrarnos como se crean mundos nuevos, poesias nuevas. Tres personajes que a continuación se describen vienen de películas diferentes y que son: La Princesa Mononoke, Mi vecino Totoro y El Viaje de Chihiro. El primero es el Shishi Gami (Espiritu del Bosque), el segundo se llama Totoro y el ultimo Kaonashi (Sin Cara). Estas tres criaturas confian a quien se arrima para ser llevados de sus manos y uno pueda largarse a bucear en la mente de este japonés experto en animación y que no duda en poner en roles principales a los niños y a los adultos convertirlos en ciertas ocasiones en cerdos. M.T.L
Datos del autor:
Hayao Miyazaki es uno de los más grandes directores y animadores de Japón. Nació en Tokio el 5 de enero de 1941. Comenzó su carrera en 1963 como un animador del estudio Toei Daga, y con posterioridad estuvo comprometido en muchos de los primeros clásicos de la animación japonesa. Con su increíble habilidad para dibujar y su sin fin de torrentes de ideas, en 1971 se traslada a A PRO con Isao Takahatl, luego a Nipón Animation en 1973, donde estuvo intensamente comprometido en las series de animación para la televisión World Masterpiece Theater.
Dirigió su primera serie, Mirai Shonen Conan, en 1978, para trasladarse después a Tokio Movie Shinsha para dirigir su primera película, Lu¡pin III : The Castle of Cagliostro en 1979.
En 1984, su película Nausicaa ofthe Valley of Wind, basada en el manga (cómic) del mismo título y empezada dos años antes, fue estrenada. El éxito de la película condujo a la fundación de un nuevo estudio de animación, el Studio Ghibli, en el cual Miyazaki hábía dirigido cinco largometrajes y producidos otros tres entre los años 1986 y 1997.
Además de la animación, Miyazaki también dibuja cómics (manga).
La Princesa Mononoke:
Espíritu del Bosque (Shishi Gami) : Es el máximo responsable de todos los bosques, tiene el poder de dar y quitar la vida. Se dice que de día es un ciervo con rostro humano que recorre el bosque y que cuando anochece se transforma en un gigante llamado "el caminante nocturno". Dicen que su cabeza cura todos los males y que concede la vida eterna, por eso muchos humanos la desean y harán todo lo posible por conseguirla.
Mi vecino Totoro:
Otro espíritu del bosque, no es un personaje tradicional japonés: vino completamente de la imaginación de Miyazaki. Es una mezcla de muchos animales (versión japonesa de los mapaches), gatos (orejas en punta y expresiones faciales), y búhos (marcas en sus pechos y el sonido "uuu" que hacen con sus ocarinas en las noches.
"Totoro", palabra japonesa para "troll". Cuando Satsuki le pregunta ¿Totoro? O sea, ¿el Troll en nuestro libro? se está refiriendo a su libro "Tres Cabras de Montaña". En el final de la película se puede ver la foto del libro que la madre está leyendo ,en la portada muestra una cabra corriendo sobre un puente mientras que un troll con forma de Totoro mira hacia arriba bajo el puente.
El viaje de Chihiro:
Kaonashi (que en español significa "Sin Cara"), es un fantasma muy misterioso. La procedencia de Kaonashi es totalmente desconocida, pero es posible que haya venido de otro mundo. Consigue entrar porque Chihiro se lo permite. Élla ayuda a bañar al dios del río. Pero luego se comporta de una manera extraña y se come a dos personas y una rana, atraídas por el oro falso que producía. Por Chihiro sabemos que él sólo era malo en la casa de baños. Cuando Chihiro va a visitar a Zeniba, hermana de Yubaba, Kaonashi la sigue. Al final se queda con Zeniba, siendo su ayudante. Kaonashi no tiene cara, usa una máscara que le da un toque de belleza magnífico, tiene boca, pero en el pecho. También le gusta el té y tiene una especial admiración por Zeniba y las tortas que ella elabora También se suele comunicar con Chihiro con apagados gemidos. Es un ser espectral negro que a veces da oro para ser querido, amigable pero en otras ocasiones asusta, sigue a Chihiro como una sombra y puede simplemente sentarse a la mesa donde vea un poco de luz, torta y una taza de té.
domingo, 22 de junio de 2008
Los Demonios del Japón
( la chica que tiene el cuello como torno de alfarero)
De medianoche se alarga su cuello y lame el aceite de las làmparas.
La mente nipona tiene para el género del terror entre fantasmas, hadas, espíritus vengativos, duendes, etc, algo distinto para ofrecer. Se asemeja a una caja llena de monstruos y espectros sanguinarios guardada en el altillo del mundo y que llega a Occidente en aguas espumosas de rabia, y asustados ansiamos escuchar las cosas más inverosímiles y aterradoras. M.T.L
"En una de las calles de Osaka me encontré con la mujer que me mataría. Intuí que al estar parada como una alimaña perdida no era una simple casualidad. Mi seco aliento fue un claro presagio de que esa sombra desgarbada y sin origen miró en dirección al suelo sabiendo del violento desenlace al que pronto mi vida caería. Alguien en letargo espera para aplastar con toda su maldición ésta cabeza y arrancarme el alma a jirones". M.T.L
Lafcadio Hearn: (Leucade, Grecia, 1850-Okubo,Japón,1904) :
Escribió doce volúmenes sobre Japón y Extremo Oriente, entre los que destacan sus versiones de los Kwaidan o cuentos fantásticos japoneses, recogidos de fuentes orales o textos antiguos y vertidos en una estilizada prosa inglesa.
Horai
Visión azul de una profundidad que se ahonda en lo alto ... el cielo y el mar intercambian mutuos fulgores.
Un día de primavera, por la mañana.
Sólo el cielo y el mar ... vasta extensión de azur. En primer plano, las ondas captan un destello de plata, se arremolinan las hebras de espuma. Pero un poco más allá, no se vislumbra movimiento alguno, nada salvo el color: el cálido y tenue azul del agua que se dilata hasta confundirse con el azul del aire. No hay horizonte: sólo la distancia que se eleva al espacio, una cóncava infinitud que se ahueca sobre mí, el color que con la altura se toma más profundo. Mas en la azul lejanía pende de una lánguida visión de torres palaciegas, de altos tejados filosos y curvados como lunas ... sombras de un antiguo y extraño esplendor, iluminado por un sol brumoso como la memoria.
Esto que intenté describir es un kakémono, o sea, una pintura japonesa trazada sobre seda, que cuelga de la pared de mi alcoba, su nombre es Shinkiro, que significa "Espejismo'". Pero las formas del espejismo son inequívocas. Aquéllos son los rutilantes pórticos de la bendita Horai, y aquéllos son los tejados de luna del Palacio del Rey-Dragón;y su estilo (aunque obra de un pincel japonés de hoy) es el estilo de ciertas cosas chinas de hace veintiún siglos.
Esto es lo que dicen los libros chinos de esa época sobre ese lugar:
En Horai no existen la muerte o el dolor, y no existe el invierno. Allí jamás se marchitan las flores, jamás se pudren los frutos; y basta que un hombre pruebe una vez dichos frutos para que jamás vuelva a padecer el hambre o la sed. En Horai crecen las mágicas plantas So-rin-shi, y Riku-go-aoi, y Ban-kon-to, que curan todas las enfermedades y también la hierba mágica Y o-shin-shi, que resucita a los muertos; y esa mágica hierba se alimenta de aguas encantadas, de las que basta beber un sorbo para obtener perpetua juventud.
La gente de Horai come su arroz en escudillas muy pequeñas; pero el arroz jamás mengua, por mucho que uno coma, hasta que se haya satisfecho el apetito. Y toman el vino en copas muy, muy pequeñas, pero no hay hombres capaz de vaciarlas, por muy excesivamente que beba, antes de ser vencido por el plácido sueño de la ebriedad.
Esto y mucho más cuentan las leyendas de la época de la dinastía Shin. Pero no es creíble que la gente que transcribió esas leyendas haya visto Horai, siquiera en un espejismo. Pues en verdad no hay frutas encantadas que dejen a quien las come eternamente satisfecho, ni mágicas hierbas que revivan a los muertos, ni fuentes de aguas hechizadas, ni escudillas en las que jamás falte el arroz, ni copas en las que jamás falte el vino. No es cierto que el dolor y la muerte jamás entren en Horai, ni que jamás sobrevenga el invierno. El invierno de Horai es gélido y sus vientos traspasan los huesos; y monstruosos cúmulos de nieva se agolpan sobre los tejados del Rey-Dragón.
En Horai, empero, hay cosas de maravilla; y ningún escritor chino mencionó jamás lo maravilloso de todo. Aludo a la atmósfera de Horai. Es una atmósfera exclusiva de ese lugar y, gracias a ella, el sol resplandece en Horai con una blancura ignorada en otros lugares, una luz láctea que jamás enceguece, muy tenue, aunque asombrosamente diáfana. Esa atmósfera no es de nuestro período humano: es muy antigua (a tal punto que sólo mencionar su antigüedad me aterra) y no es una combinación de nitrógeno y oxígeno. No está hecha de aire, sino de espíritu, la sustancia de míriadas y míriadas de generaciones de almas fundidas en una única y traslúcida extensión , las almas de gente que pensó de modos hartos diversos de los nuestros. El mortal que inhale esa atmósfera comunica a su sangre la vibración de esos espíritus, y éstos transmutan su percepción, remodelando sus nociones del Espacio y del Tiempo, de modo que dicho mortal sólo podrá ver como ellos pensaban. Tales cambios de la percepción son suaves como el sueño; y Horai, de tal modo vislumbrada, podria ser descrita con estas palabras:
"Como en Horai nadie tiene conocimiento del mal, los corazones jamás envejecen. Y, siendo jóvenes de corazón, los habitantes de Horai sonríen desde que nacen hasta que mueren, salvo cuando los Dioses les inflingen algún dolor; y los rostros permanecen velados hasta que ese dolor se disipa. Toda la gente de Horai ama al prójimo y confía en él, tal como si todos integraran una sola familia; y las voz de las mujeres semeja el canto de un pájaro, porque sus corazones son ligeros como los de los pájaros, y el susurro de las mangas de las doncellas, cuando juegan, evoca fugaces y pesados aleteos. Salvo las penas, nada se oculta en Horai, porque allí no hay motivo de vergüenza; y nada se encierra bajo llave, porque allí no se concibe el robo; y tanto de día como de noche las puertas permanecen sin tranca, porque no hay nada que temer. Y como quienes habitan Horai son seres sobrenaturales, aunque mortales, todos los objetos de Horai (salvo el Palacio del Rey -Dragón) son diminutos, preciosos y extraños; y esas criaturas comen el arroz, sí, en escudillas muy pequeñas, y beben el vino en copas muy, muy pequeñas".
Buena parte de tal apariencia se debería a la inhalación de esa atmósfera espectral, mas no su totalidad. Pues el sortilegio forjado por los muertos no es sino el encanto de un Ideal, el destello de una antigua esperanza; y tal esperanza de algún modo se ha colmado en muchos corazones ---en la sencilla belleza de las vidas sin egoísmo--- en la dulzura de la Mujer ... Maléficos vientos del Oeste arrecian sobre Horai, y disipan, ay, esa atmósíera mágica. Ésta hoy se demora sólo en franjas y fragmentos ... esas rutilantes franjas de nubes, por ejemplo, que atraviesan los paisajes de los pintores japoneses. Aún puede hallarse a Horai bajo los jirones de ese vapor etéreo, mas en ninguna otra parte ... Recordemos que Horai también se llama Shinkíro, que significa Espejismo: la Visión de lo Intangible. La Visión se difumina y jamás volverá a aparecer, salvo en cuadros y sueños y poemas ...
Yuki-Onna
En una aldea de la provincia de Musashi vivían dos leñadores: Mosaku y Minokichi. En la época a la que aludo, Mosaku era un anciano, y Minokichi, su aprendiz, un joven de dieciocho años. Todos los días iban juntos a un bosque que distaba unas cinco millas de la aldea. Camino de ese bosque hay que vadear un ancho río, y hay una balsa. Varias veces se construyó un puente en el sitio donde cruza la balsa, pero cada vez el puente fue arrastrado por una inundación. No hay puente que resista la corriente cuando crece ese río.
Mosaku y Minokichi iban camino de casa, un frío atardecer, cuando los sorprendió una brusca tormenta de nieve. Alcanzaron la balsa, pero el batelero se había ido, dejando la embarcación en la otra ribera del río. No era día apropiado para nadar, y los leñadores se cobijaron en la choza del batelero, juzgándose dichosos por haber hallado al menos ese refugio. En la choza no había brasero ni sitio alguno donde encender fuego: era sólo una choza de doble entarimad0, con una sola puerta y sin ventanas. Mosaku y Minokichi cerraron la puerta y es echaron a descansar, cubriéndose con los abrigos de paja. Al principio no sintieron mucho frío, y pensaban que la nevisca no tardaría en concluir.
El viejo se durmió casi enseguida, pero el muchacho, Minokichi, permaneció despierto durante un buen rato, atento al viento que gemía y a la nieve que azotaba la puerta. El río bramaba con furia; la choza crujía, meciéndose como un junco en el mar. Era una tormenta espantosa, y el aire era cada vez más helado. Minokichi temblaba debajo de su abrigo. Pero al fin, pese a todo, también se durmió.
Una ráfaga de nieve en la cara lo despertó. La puerta de la choza se había abierto con brusquedad; el resplandor de la nieve (yuki-akari) iluminó a una mujer que estaba dentro de la choza: una mujer totalmente vestida de blanco. Estaba inclinada sobre Mosaku y exhalaba su aliento sobre él; y su aliento semejaba un humo blanco y brillante. Casi en el mismo instante se volvió hacia Minokichi y se agachó sobre él. El joven quiso gritar, pero no pudo emitir sonido alguno. La mujer de blanco se le acercó cada vez más, casi hasta rozarlo con el rostro; advirtió que era muy hermosa, aunque sus ojos eran temibles. Ella lo miró durante un rato; luego susurró, con una sonrisa:
-Mi intención era tratarte como al otro. Pero no puedo evitar cierta piedad por ti... eres tan joven ... Eres un muchacho apuesto, Minokichi, y no te causaré daño. Pero, si alguna vez le cuentas a alguien (aún a tu madre) lo que viste esta noche, lo sabré y acudiré a matarte ... ¡Recuerda estas palabras!
Y, tras pronunciarlas, se apartó de él y salió por la puerta. Entonces el joven recobró el don del movimiento; se incorporó de un salto y miró alrededor. Pero la mujer no estaba en ninguna parte, y la nieve inundaba frenéticamente la cabaña. Minokichi cerró la puerta y la aseguró con leños. Supuso que era el viento el que la había abierto, y pensó que había estado soñando, que había tomado el resplandor de la nieve en el vano de la puerta por la imagen de una mujer blanca; pero no podía estar seguro. Llamó a Mosaku, y se atemorizó al ver que éste no le contestaba. Tendió la mano en la oscuridad, acarició el rostro de Mosaku, y descubrió que estaba helado. Mosaku era un rígido cadáver.
Hacia el alba se disipó la tormenta; y cuando el batelero regresó a su puesto, poco después del amanecer, halló a Minokichi sin sentido junto al gélido cadáver de Mosaku. Minokichi recibió atención inmediata y no tardó en recobrarse; pero durante mucho tiempo quedó enfermo a causa del frío padecido en esa terrible noche. También lo había asustado mucho la muerte del viejo, pero a nadie mencionó la visión de la mujer de blanco. Apenas se repuso, volvió a emprender su faena: todas las mañanas, a solas, iba al bosque, de donde regresaba al anochecer con sus haces de leña, que vendía con ayuda de su madre.
Un atardecer del invierno siguiente, mientras regresaba a casa, encontró una muchacha que viajaba por el mismo camino. Era alta, delgada y muy bonita, y respondió al saludo de Minokichi con una voz tan dulce como el arrullo de un pájaro. Caminó junto a ella y comenzaron a conversar. La muchacha dijo llamarse O-Yuki ; dijo además que hacía poco había perdido a sus padres y que iba en viaje hacia Vedo, donde tenía unos parientes pobres que acaso la ayudaran a conseguir empleo como sirvienta. La extraña muchacha pronto sedujo a Minokichi : cuanto más la miraba más hermosa parecía. El joven le preguntó si no estaba comprometida, y ella respondió, con una carcajada, que estaba libre. A su vez, ella le preguntó a Minokichi si él estaba casado o comprometido; le contestó que, si bien sólo tenía que mantener a una madre viuda, aún no habían considerado la cuestión de una "honorable nuera", puesto que él era muy joven ... Luego de estas confidencias, prosiguieron su camino en silencio; mas, según declara el proverbio, Ki ga aréba. mé mo kuchi hodo ni mono wo yu (En presencia del deseo, los ojos no son menos elocuentes que los labios). Cuando llegaron a la aldea, ambos se habían cobrado mutuo afecto; y entonces Minokichi le rogó a O-Yuki que aceptara alojarse en su casa por esa noche. Tras una tímida vacilación, ella decidió acompañarlo ; y la madre de Minokichi le ofreció la bienvenida y le preparó una comida caliente. O-Yuki se comportó con tal discreción que la madre del joven se prendó repentinamente de ella, y la persuadió de que aplazara su viaje a Yodo. La natural consecuencia de este episodio fue, por supuesto, que O-Yuki jamás fue a Yedo. Permaneció en la casa, como "honorable hija política".
O-Yuki desempeñó este papel a la perfección. Al fallecer la madre de Minokichi -cinco años más tarde-, sus últimas palabras fueron de afecto y alabanza para la mujer de su hijo. Y O-Yuki le dió diez hijos a Minokichi, entre varones y mujeres, todos ellos muy hermosos, y de tez admirable.
La gente de la comarca consideraba a O-Yuki una persona maravillosa, aunque distinta de ellos por naturaleza. La mayor parte de las campesinas envejece prematuramente, pero O-Yuki, aunque era madre de diez niños, se conservaba tan joven y lozana como el día en que llegó a la aldea.
Una noche, cuando los niños se habían dormido, O-Yuki cosía a la luz de un farolillo de papel; y Minokichi, observándola, le dijo:
-Al verte allí, cosiendo, con la luz en la cara, evoqué algo extraño que me aconteció cuando tenía dieciocho años. En esa ocasión, vi a una mujer tan hermosa y blanca como tú ... en realidad, se te parecía mucho ...
O-Yuki respondió, sin alzar los ojos: -Háblame de ella ... ¿Dónde la viste?
Entonces Minokichi le refirió la noche espantosa pasada en la cabaña del batelero, le contó el episodio de la Mujer Blanca que le había sonreído y susurrado, y le describió la silenciosa muerte del viejo Mosaku. Y añadió:
-Ésa fue la única vez, en el sueño o la vigilia, que vi una criatura tan hermosa como tú. No era, por supuesto, un ser humano; y yo le tenía miedo ... mucho miedo ... ¡pero era tan blanca! En verdad, nunca estuve seguro de si había soñado o si había visto a la Mujer de la Nieve ...
O-Yuki arrojó su costura, se levantó, se irguió ante Minokichi, y le gritó:
-¡Era yo ... yo ... yo l. .. ¡Era Yuki ! ¡Y te dije que te mataría si alguna vez llegabas a mencionarlo ... Si no fuera por esos niños que duermen allí, te mataría al instante. Y ahora, mejor que los cuides muy, muy bien, pues si alguna vez tienen razones para quejarse de ti, te trataré como mereces ...
Mientras gritaba, su voz se había aflautado hasta parecer un gemido del viento ; entonces se disipó, convirtiéndose en una niebla blanca y rutilante que ascendió hacia el cielo raso y que desapareció trémula, por el agujero de la chimenea ... Jamás volvieron a verla.
sábado, 21 de junio de 2008
Cine de transparencias y galerías de incertidumbres
En las peliculas de Tsai Ming Liang los personajes sufren, vagan, se obsesionan, lloran, esperan, les suceden muchas cosas que toman en silencio y simplemente viven aceptando sus desavenencias y angustias actuando sin apuros.
Raramente hay musica, sólo el respirar de individuos solitarios que empujados por la extrañeza de una desolación que no reconocen deambulan por un laberíntico Taiwán que absorve con sus calles indistintas.
En "Viva el amor" y "Y allí que hora es", quedan huérfanas hasta las mentiras, pocos son los diálogos, poco para decir y mucho que gritar, aunque la energía este aplacada. De lo que carecen los personajes está a la vista, al desnudo, sean miradas, palabras, el aislamiento, etc. Y el director lejos de manipular su obra deja que todo se acomode, que encajen las piezas según el espacio que pidan las experiencias de los personajes, el sufrir en soledad, besar una sandía en vez de un rostro, el contemplar de alguien perdido y posterior descanso al no hallarse.
A Tsai Ming Liang le vasta con abrir la puerta y tratar de dejar el terreno lo más virgen posible para luego hacerse a un lado y callar, asi el agua corre y habla por si sola. M.T.L
Palabras del director:
"En la vida real no disfruto de las multitudes, me gusta estar conmigo mismo. La soledad y el aislamiento son parte de la naturaleza humana. Algunas personas le dan un valor muy importante a la soledad, pero otras le temen. Estos últimos tienen que estar involucrado con mucha gente, ir a lugares concurridos. Pero no significa que no estén aislados dentro de
la multitud. Por esta razón tenemos relaciones humanas demasiado ambiciosas ya que la gente teme los elementos sociales del aislamiento. Tengo que encarar al aislamiento de la misma manera que encaré a la muerte. Esta es la razón por la cual en la mayor parte de mis películas encontraremos a Kang-sheng aislado cuando está con otro personaje o en una escena solo. Disfruto poniendo a mis personajes en ambientes donde parezca como si ellos no tuviesen relaciones con otros, pues deseo pensar qué clase de distancia debemos mantener entre nosotros. También me gusta poner a la gente en situaciones donde carezcan de amor, porque deseo saber cuanto amor necesitamos, y qué clase de relaciones deseamos." (Declaraciones en una entrevista a propósito de "'What Time Is It There?).
"Cuando escribí la versión original del guión quería un rayo de esperanza al final. Entonces el final original era, que la mujer, después de caminar y caminar en el parque, decidía que sí, que quería extender su mano y pedir amor. Entonces volvía al apartamento y esperaba al hombre durmiente. Ese era el final original. Así que esperé a que se abriera el nuevo parque en Taipei . Y cuando se abrió vi que se trataba del mismo que había visto unos días atrás. Nada había cambiado. No estaba en forma para abrirse pero abrió. Y con ese desconsuelo en mi corazón ya no había forma en que pudiera filmar el final original Y así es como apareció el final" Tsai Ming Liang" (de la película: "Viva el Amor").
Tsai Ming Liang nacio en Malasia (1957) en la tranquila y provinciana localidad de Kuching. Estudia cine y ve distintos tipos de cine chino, taiwanes, indio, hongkones, filipino, norteamericano. La lentitud y tranquilidad de la vida de provincias, de alguna manera está en su cine. El uso frecuente de planos largos, secuencias igualmente largas, relaciones silenciosas entre personajes y de un ritmo más bien relajado son sus películas. A eso hay que sumar la manera de narrar próxima al documental.
A los veinte años Tsai deja los estudios y tiene un vida más mundana e inquieta. Atrás quedaron la ciudad y los estudios hasta llegar a Taiwán. Se matriculó en la Universidad de Cultura China de Taipei para estudiar cine y arte dramático. Fue en esas circunstancias que se embebia de nuevas fuentes, concretamente películas europeas, Bresson, Fassbinder o Antonioni, también Truffaut.
Se graduó en la Universidad en el año1982, su primera película data de 1983, empezando así con una carrera que completaría con la escritura de guiones para cine y televisión, la literatura, etc.
Algunas de sus películas :
-Rebels of the neon god (1992)
-Viva el amor (1994)
-My new friends (1995)
- The river (1997)
- The hole (1998)
- What time is it there? (2001)
- The skywalk is gone (2002)
-Goodbye Dragon Inn (2003)
Raramente hay musica, sólo el respirar de individuos solitarios que empujados por la extrañeza de una desolación que no reconocen deambulan por un laberíntico Taiwán que absorve con sus calles indistintas.
En "Viva el amor" y "Y allí que hora es", quedan huérfanas hasta las mentiras, pocos son los diálogos, poco para decir y mucho que gritar, aunque la energía este aplacada. De lo que carecen los personajes está a la vista, al desnudo, sean miradas, palabras, el aislamiento, etc. Y el director lejos de manipular su obra deja que todo se acomode, que encajen las piezas según el espacio que pidan las experiencias de los personajes, el sufrir en soledad, besar una sandía en vez de un rostro, el contemplar de alguien perdido y posterior descanso al no hallarse.
A Tsai Ming Liang le vasta con abrir la puerta y tratar de dejar el terreno lo más virgen posible para luego hacerse a un lado y callar, asi el agua corre y habla por si sola. M.T.L
Palabras del director:
"En la vida real no disfruto de las multitudes, me gusta estar conmigo mismo. La soledad y el aislamiento son parte de la naturaleza humana. Algunas personas le dan un valor muy importante a la soledad, pero otras le temen. Estos últimos tienen que estar involucrado con mucha gente, ir a lugares concurridos. Pero no significa que no estén aislados dentro de
la multitud. Por esta razón tenemos relaciones humanas demasiado ambiciosas ya que la gente teme los elementos sociales del aislamiento. Tengo que encarar al aislamiento de la misma manera que encaré a la muerte. Esta es la razón por la cual en la mayor parte de mis películas encontraremos a Kang-sheng aislado cuando está con otro personaje o en una escena solo. Disfruto poniendo a mis personajes en ambientes donde parezca como si ellos no tuviesen relaciones con otros, pues deseo pensar qué clase de distancia debemos mantener entre nosotros. También me gusta poner a la gente en situaciones donde carezcan de amor, porque deseo saber cuanto amor necesitamos, y qué clase de relaciones deseamos." (Declaraciones en una entrevista a propósito de "'What Time Is It There?).
"Cuando escribí la versión original del guión quería un rayo de esperanza al final. Entonces el final original era, que la mujer, después de caminar y caminar en el parque, decidía que sí, que quería extender su mano y pedir amor. Entonces volvía al apartamento y esperaba al hombre durmiente. Ese era el final original. Así que esperé a que se abriera el nuevo parque en Taipei . Y cuando se abrió vi que se trataba del mismo que había visto unos días atrás. Nada había cambiado. No estaba en forma para abrirse pero abrió. Y con ese desconsuelo en mi corazón ya no había forma en que pudiera filmar el final original Y así es como apareció el final" Tsai Ming Liang" (de la película: "Viva el Amor").
Tsai Ming Liang nacio en Malasia (1957) en la tranquila y provinciana localidad de Kuching. Estudia cine y ve distintos tipos de cine chino, taiwanes, indio, hongkones, filipino, norteamericano. La lentitud y tranquilidad de la vida de provincias, de alguna manera está en su cine. El uso frecuente de planos largos, secuencias igualmente largas, relaciones silenciosas entre personajes y de un ritmo más bien relajado son sus películas. A eso hay que sumar la manera de narrar próxima al documental.
A los veinte años Tsai deja los estudios y tiene un vida más mundana e inquieta. Atrás quedaron la ciudad y los estudios hasta llegar a Taiwán. Se matriculó en la Universidad de Cultura China de Taipei para estudiar cine y arte dramático. Fue en esas circunstancias que se embebia de nuevas fuentes, concretamente películas europeas, Bresson, Fassbinder o Antonioni, también Truffaut.
Se graduó en la Universidad en el año1982, su primera película data de 1983, empezando así con una carrera que completaría con la escritura de guiones para cine y televisión, la literatura, etc.
Algunas de sus películas :
-Rebels of the neon god (1992)
-Viva el amor (1994)
-My new friends (1995)
- The river (1997)
- The hole (1998)
- What time is it there? (2001)
- The skywalk is gone (2002)
-Goodbye Dragon Inn (2003)
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