Le habían regalado un libro y no sabía leer. Pero pronto el oficio de escribir a escondidas desataría las voces de una estampida de elefantes.
Viaja la infancia alimentada de fábulas, ángeles, dragones, ratas, brujas, un caballo, gallos colgados de una torre del tarot. Desorden que asustó la edad de una niña metida en el devorar apto solo para adultos.
Decae el ruido y alguien araña el verbo y como una endiablada cobra, pega con su huesuda cola, muerde a besos, te corona con tus brazos y patina tu entrepierna.
En ocasiones empaña el florero la doncella hambrienta de cuentos, de cielo blanco. ¡ Hazla temblar que tomó tus tobillos ! .
Una tez quiebra un mosaico, gritos en la vereda.
M.T.L
Viaja la infancia alimentada de fábulas, ángeles, dragones, ratas, brujas, un caballo, gallos colgados de una torre del tarot. Desorden que asustó la edad de una niña metida en el devorar apto solo para adultos.
Decae el ruido y alguien araña el verbo y como una endiablada cobra, pega con su huesuda cola, muerde a besos, te corona con tus brazos y patina tu entrepierna.
En ocasiones empaña el florero la doncella hambrienta de cuentos, de cielo blanco. ¡ Hazla temblar que tomó tus tobillos ! .
Una tez quiebra un mosaico, gritos en la vereda.
M.T.L
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