domingo, 21 de junio de 2009
lunes, 15 de junio de 2009
Cine experimental japonés : Kurutta Ippeiji
"Página de la locura"
Biografía de Teinosuke Kinugasa
Nace el 1 de enero de 1896 en Kogame (Mie) y fallece el 12 de enero de 1982 en Tokio.
Hijo de una familia adinerada, Kinugasa se educó en la prestigiosa escuela privada Sasayama. Luego se trasladó a Nagoya, para comenzar su aprendizaje de actor, completado en 1915, cuando debutó en los escenarios. En numerosas obras de teatro kabuki interpretó papeles de mujer, y formó parte de los llamados onnagata, o intérpretes especializados en roles femeninos.
En 1918 fue contratado en los estudios Nikkatsu, pero dos años después aceptó una oferta más substanciosa de la compañía Makino Kinema. Finalmente comenzó a trabajar en la firma Shochiku, al tiempo que abanderaba un movimiento intelectual que intervino activamente en la polémica en torno a la idoneidad de contratar actrices para los papeles femeninos, lo que desvinculó así el cine de la tradición impuesta por el kabuki.
Si en Una página de locura la vanguardia se expresa mediante la enajenación de los protagonistas y la yuxtaposición temporal de las secuencias, Cruce de caminos es un melodrama más convencional en sus contenidos, ambientado en los aledaños de Yoshiwara, el barrio de mala fama del antiguo Tokio. La acción, situada en el siglo XVIII, también gira en este caso alrededor de la idea de culpa. La escenografía se acerca en algún elemento al expresionismo, tendencia artística que, admirada por el cineasta, logró cierto aprecio entre el público japonés.
Buen amigo del actor Kazuo Hasegawa, Kinugasa contó con éste en repetidas ocasiones, tanto en su etapa en la compañía Toho (1939), como durante su período en el estudio Daiei (1949).
Sin lugar a dudas, el film más conocido de este realizador es La puerta del infierno (1953), cuya trama se desarrolla en el siglo XII, un período caracterizado por la lucha entre clanes. En dicho período Kinugasa ubica una historia de pasión y poder, filmada en color y formato panorámico, lo cual propició su buena acogida en Occidente, gracias en parte a un esteticismo involuntario pero muy apreciado por los espectadores extranjeros. Premiado en el Festival de Cannes, este largometraje concurrió a los Oscar de Hollywood, donde también fue galardonado en las categorías de Mejor Película Extranjera y Mejor Vestuario.
Sus dos películas más destacables de este período fueron Una página de locura (1926) y Cruce de caminos (1928). Particularmente la primera, por su vanguardista tratamiento fílmico, ha logrado un reconocimiento internacional extraordinario. Los acontecimientos de Una página de locura ocurren en un manicomio. El anciano protagonista es el guardián del centro, que acepta ese trabajo cuando su esposa pierde la razón al ahogarse su hijo pequeño en el cauce de un río. La madre encarna la culpa por la muerte de un hijo a quien, simplemente, no pudo salvar. El padre, a su vez, se entrega a las labores del manicomio entendiendo que es culpable de la demencia de su esposa, a quien no pudo sacar de la desesperación. Llena de secuencias oníricas, casi surrealistas, esta película está considerada la más importante del vanguardismo japonés, y aún se proyecta con regularidad en las filmotecas de todo el mundo.
Biografía de Teinosuke Kinugasa
Nace el 1 de enero de 1896 en Kogame (Mie) y fallece el 12 de enero de 1982 en Tokio.
Hijo de una familia adinerada, Kinugasa se educó en la prestigiosa escuela privada Sasayama. Luego se trasladó a Nagoya, para comenzar su aprendizaje de actor, completado en 1915, cuando debutó en los escenarios. En numerosas obras de teatro kabuki interpretó papeles de mujer, y formó parte de los llamados onnagata, o intérpretes especializados en roles femeninos.
En 1918 fue contratado en los estudios Nikkatsu, pero dos años después aceptó una oferta más substanciosa de la compañía Makino Kinema. Finalmente comenzó a trabajar en la firma Shochiku, al tiempo que abanderaba un movimiento intelectual que intervino activamente en la polémica en torno a la idoneidad de contratar actrices para los papeles femeninos, lo que desvinculó así el cine de la tradición impuesta por el kabuki.
Si en Una página de locura la vanguardia se expresa mediante la enajenación de los protagonistas y la yuxtaposición temporal de las secuencias, Cruce de caminos es un melodrama más convencional en sus contenidos, ambientado en los aledaños de Yoshiwara, el barrio de mala fama del antiguo Tokio. La acción, situada en el siglo XVIII, también gira en este caso alrededor de la idea de culpa. La escenografía se acerca en algún elemento al expresionismo, tendencia artística que, admirada por el cineasta, logró cierto aprecio entre el público japonés.
Buen amigo del actor Kazuo Hasegawa, Kinugasa contó con éste en repetidas ocasiones, tanto en su etapa en la compañía Toho (1939), como durante su período en el estudio Daiei (1949).
Sin lugar a dudas, el film más conocido de este realizador es La puerta del infierno (1953), cuya trama se desarrolla en el siglo XII, un período caracterizado por la lucha entre clanes. En dicho período Kinugasa ubica una historia de pasión y poder, filmada en color y formato panorámico, lo cual propició su buena acogida en Occidente, gracias en parte a un esteticismo involuntario pero muy apreciado por los espectadores extranjeros. Premiado en el Festival de Cannes, este largometraje concurrió a los Oscar de Hollywood, donde también fue galardonado en las categorías de Mejor Película Extranjera y Mejor Vestuario.
Sus dos películas más destacables de este período fueron Una página de locura (1926) y Cruce de caminos (1928). Particularmente la primera, por su vanguardista tratamiento fílmico, ha logrado un reconocimiento internacional extraordinario. Los acontecimientos de Una página de locura ocurren en un manicomio. El anciano protagonista es el guardián del centro, que acepta ese trabajo cuando su esposa pierde la razón al ahogarse su hijo pequeño en el cauce de un río. La madre encarna la culpa por la muerte de un hijo a quien, simplemente, no pudo salvar. El padre, a su vez, se entrega a las labores del manicomio entendiendo que es culpable de la demencia de su esposa, a quien no pudo sacar de la desesperación. Llena de secuencias oníricas, casi surrealistas, esta película está considerada la más importante del vanguardismo japonés, y aún se proyecta con regularidad en las filmotecas de todo el mundo.
Jujiro
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